
Un reciente estudio del laboratorio de Investigaciones del Sistema Terrestre de la NOAA desvela que durante la sequía que se produció en Norteamérica en 2002 se acumularon más de 300 toneladas de CO2 que no pudieron ser aborbidas por la naturaleza. Comi si dijeramos..el gas que desprenden más de 200 millones de coches en un año.
En una situación normal, 1/3 parte de los gases en forma de C02 que desprende la industria y la sociedad americana de EEUU es aborbida por los árboles, bosques, en fín, por el entorno natural. Pero esta situación se desestabilizó a raíz de la extrema sequía vivida en 2002.
En este estudio se pretende demostrar como unas condiciones atmosféricas adversas influyen en la cantidad de gases con efecto invernadero presentes en la atmosfera. Las sequías y otras variaciones climáticas pueden perturbar la captación natural de CO2 mediante alteraciones en la temperatura, lluvia, humedad del suelo, etc. Es decir, una proporción elevada de gases daña la capa de ozono, lo que puede producir el cambio climático, y al mismo tiempo, unas condiciones atmosféricas desfavorables también producen una mayor acumulación de estos gases...Un pez que se muerde la cola.
En definitiva da igual cómo se producen estas variaciones en nuestro entorno, si no que, lo realmente importante debe ser que hay que hacer para evitarlo. A veces se preocupan demasiado por elaborar estudios que prueben que existe un cambio climático pero no se preocupan de investigar cómo podemos luchar contra él. O esa es la impresión que a veces se puede llegar a tener.
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